lunes, 18 de enero de 2016

JORNADA INFANCIA MISIONERA 2016- 24 DE ENERO

Demos voz a los niños; tienen mucho que decirnos y enseñarnos. Ellos son parte de la Iglesia, y parte importante

Jornada de Infancia Misionera 2016La Infancia Misionera es una de las cuatro Obras Misionales Pontificias. Al igual que las otras tres Obras, tiene por finalidad infundir en los católicos un espíritu universal y misionero. Y a diferencia de las demás (Propagación de la Fe, San Pedro Apóstol y Pontificia Unión Misional), la Infancia Misionera, llamada también Santa Infancia, destina todos sus esfuerzos a los niños. O, para ser más precisos, son los niños los verdaderos protagonistas de esta Obra. No somos solo una obra para los niños, sino más bien una Obra de los niños y con los niños.
La idea de fundar en la Iglesia un organismo de esta naturaleza nació más de 170 años atrás, cuando un obispo francés, Mons. Charles de Forbin-Janson, viendo que tantos niños morían sin el bautismo en China, y no pudiendo ir personalmente a ayudarlos, decidió fundar una Obra que se dedicase a la evangelización de los niños gracias a la ayuda y colaboración de los mismos niños. Esta colaboración, que se puede sintetizar en el lema “Los niños ayudan a los niños”, consiste simplemente en la oración y en la ayuda material. Los niños de la Infancia Misionera rezan todos los días una avemaría por todos los niños del mundo.
Desde entonces, la Infancia Misionera se ha extendido por todo el mundo. Son más de 115 los países en donde esta Obra está activa. Y son millones los niños que actualmente ayudan a otros niños en dificultad.
                                 
Esta Obra no es un organismo de ayuda caritativa. Somos una obra de evangelización. Queremos llevar el Evangelio a todos los niños, que son el presente y el futuro de la Iglesia. Por eso todos ellos se encuentran en nuestras oraciones, ya sea que vengan de países no cristianos o de países con una larga tradición católica. Porque todos necesitamos convertirnos y acercarnos más a Dios.
Llevamos el Evangelio pidiendo a Dios con la oración que abra el corazón de los niños. Por nuestra parte, tratamos de sustentar la actividad misionera de la Iglesia a favor de ellos con nuestra ayuda material, que consiste, hoy como ayer, en una pequeña donación voluntaria. No importa la cantidad. Importa el corazón con el cual se da la ofrenda. Millones de niños en todo el mundo, desde Bolivia hasta el Nepal, poniendo juntos sus colectas y sus oraciones, logran hacer que financiemos más de dos mil proyectos cada año, por un monto superior a los 20 millones de dólares. Eso sirve para comprar catecismos, construir aulas, adquirir alimentos o medicinas y tantas otras ayudas más