De esta memoria hay que resaltar antes que nada la estrecha colaboración que existe entre las Obras Misionales Pontificias y la Comisión Episcopal de Misiones, que además se extiende hacia las demás instituciones que de un modo u otro también prestan un servicio para sustentar la misión de la Iglesia.
En el ámbito de las actividades pastorales hay que poner de relieve el trabajo de animación misionera que se ha realizado; éste se ha intensificado sobre todo en el mundo de la comunicación social y con los jóvenes, así como en los diversos espacios de formación misionera. Responde al cometido esencial de las OMP que se recoge en la memoria: “que el dinamismo misionero se haga presente en las estructuras y en las personas de las comunidades cristianas”.
Hay también que señalar en lo económico el aumento del 5% de los donativos que se han recogido en las colectas de las tres Jornadas del año 2013. Después de algunos años de descenso, este año la generosidad de los fieles ha hecho repuntar los donativos. Además se pone de manifiesto el compromiso por una gestión transparente de estas ayudas que dan los fieles.
Las ayudas para la consolidación de las Iglesias de reciente fundación y a los misioneros, el desarrollo del Estatuto de las OMP y potenciar la figura de los directores nacionales, son los retos de futuro que se expresaron en la Asamblea de Roma y que se refieren como conclusión de la memoria.
