jueves, 5 de diciembre de 2024
8 DE DICIEMBRE- SEGUNDO DOMINGO DE ADVIENTO
PREPARAD EL CAMINO
"Preparad el camino del Señor(Lc 3,1-6)
Jesús va a nacer, pero tú, igual que Juan, vas por delante. Por eso tienes dos trabajos ahora: preparar el camino por el que va a llegar, que es el corazón, y avisar a los demás de que preparen el suyo.
Reto de la semana: Mira dentro de ti. Piensa en tus debilidades con tus padres, hermanos o amigos y trata de mejorar.
Díselo a Él: "Jesús, te estoy esperando. Ayúdame a preparar el camino y el corazón para recibirte y que estés a gusto.
Encendemos la segunda vela de la corona
miércoles, 4 de diciembre de 2024
INTENCIÓN DEL PAPA PARA DICIEMBRE
“Oremos para que este Jubileo nos fortalezca en la fe, nos ayude a reconocer a Cristo resucitado en medio de nuestras vidas, y nos transforme en peregrinos de la esperanza cristiana”, es la intención que presenta el Santo Padre Francisco para este mes de diciembre.
“La esperanza cristiana es un regalo de Dios que llena de alegría nuestra vida”, dice el Papa en el vídeo que acompaña la intención. “Y hoy, la necesitamos tanto. ¡El mundo la necesita tanto! Cuando no sabes si mañana vas a poder dar de comer a tus hijos, o si lo que estás estudiando te permitirá tener un trabajo digno, es fácil caer en el desánimo.
¿Dónde buscar la esperanza? La esperanza es un ancla. Un ancla que vos la tirás con la cuerda y arraiga en la playa. Y nosotros tenemos que estar aferrados a la cuerda de la esperanza. Bien agarraditos.
Ayudémonos unos a otros a descubrir este encuentro con Cristo que nos da la vida y pongámonos en camino como peregrinos de la esperanza para celebrar la vida y dentro de la vida entra también el próximo Jubileo como una etapa.
Llenemos nuestro día a día con el don que Dios nos da de la esperanza y permitamos que a través de nosotros llegue a todos cuantos la buscan. No se olviden: la esperanza no defrauda nunca.
Oremos para que el próximo Jubileo nos fortalezca en la fe, nos ayude a reconocer a Cristo resucitado en medio de nuestras vidas, y nos transforme en peregrinos de la esperanza cristiana”.
En la bula del Jubileo el Papa ya recordaba la imagen de la esperanza como un ancla: “Las tempestades nunca podrán prevalecer, porque estamos anclados en la esperanza de la gracia, que nos hace capaces de vivir en Cristo superando el pecado, el miedo y la muerte. Esta esperanza, mucho más grande que las satisfacciones de cada día y que las mejoras de las condiciones de vida, nos transporta más allá de las pruebas y nos exhorta a caminar sin perder de vista la grandeza de la meta a la que hemos sido llamados, el cielo. El próximo Jubileo, por tanto, será un Año Santo caracterizado por la esperanza que no declina, la esperanza en Dios. Que nos ayude también a recuperar la confianza necesaria —tanto en la Iglesia como en la sociedad— en los vínculos interpersonales, en las relaciones internacionales, en la promoción de la dignidad de toda persona y en el respeto de la creación. Que el testimonio creyente pueda ser en el mundo levadura de genuina esperanza, anuncio de cielos nuevos y tierra nueva, donde habite la justicia y la concordia entre los pueblos, orientados hacia el cumplimiento de la promesa del Señor”.
martes, 3 de diciembre de 2024
3 DE DICIEMBRE-SAN FRANCISCO JAVIER PATRONO DE LAS MISIONES
Francisco de Javier nació en el castillo de Javier ubicado en lo que en la actualidad es la localidad de Javier, Navarra, norte de España, el 7 de abril de 1506 en el seno de una familia noble.
En septiembre de 1528 fue a estudiar a París, donde conoció al que sería su mejor amigo, Íñigo de Loyola, posteriormente san Ignacio de Loyola, fue allí donde con otros cinco compañeros se constituye lo que sería el embrión de la Compañía de Jesús. El 15 de agosto de 1534, una vez finalizados los estudios, juran votos de caridad y castidad, a la vez que prometen viajar a Tierra Santa, en la Cripta del Martirio de Montmartre.
En 1537 se reúne con Ignacio de Loyola para viajar a Italia. En Roma visitan al Papa Paulo III para pedirle su bendición antes de emprender el viaje a Tierra Santa, viaje que no se iba a poder realizar por haber entrado en guerra Venecia con Turquía. Llegan a Venecia y es ordenado sacerdote el 24 de junio. Durante su estancia en Venecia, mientras esperaban el barco para ir a Tierra Santa, se dedica junto a sus compañeros a predicar por los alrededores. Ante la tardanza del viaje, vuelven a Roma y se ofrecen al Papa para ser enviados a cualquier otro lado. De allí parte hacia Lisboa en 1540, donde comenzará la etapa más importante de su vida: la de misionero. El viaje a Portugal se debió a la solicitud del embajador portugués en Roma, Pedro de Mascarenhas, que pidió en nombre de Juan III de Portugal a Ignacio de Loyola algunos hombres suyos para enviarlos a las Indias Orientales. Para ese viaje, Francisco fue nombrado por el papa legado suyo en las tierras del Mar Rojo, del Golfo Pérsico y de Oceanía, a uno y otro lado del Ganges.
El 7 de abril de 1541, día que cumplía 35 años, sale la expedición y llega el 22 de septiembre a Mozambique. Allí se queda hasta febrero del año siguiente. En esa estancia ayuda en el hospital y percibe la realidad del trato que se da a los negros, lo cual le lleva a tener los primeros enfrentamientos.
En octubre de 1542 marcha para las islas de la Pesquería, en la costa de Goa, donde permaneció más de un año. Evangeliza a los indios Paravas y recorre las ciudades de Tuticorrín, Trichendur, Manapar y Combuture. Encontró la oposición de los brahmanes, que habitaban las pagodas de la región.
Aprendió tamil y tradujo a esa lengua parte de los textos cristianos y una plática sobre el cielo y el infierno.
El domingo de Ramos de 1549 parte para Japón, junto a sus compañeros Cosme de Torres y Juan Fernández y el traductor Anjirō. Llega a tierras niponas el 15 de agosto.
Permaneció en tierras japonesas durante dos años y tres meses.
Francisco Javier se enfermó de pulmonía y el 3 de diciembre de 1552, muere cuando contaba 46 años de edad.