viernes, 4 de marzo de 2016

DÍA DE HISPANOAMÉRICA

El próximo domingo 6 de marzo la iglesia española celebra Día de Hispanoamérica organizada por la Comisión Episcopal de Misiones de la CEE

                              
La apertura de la Puerta Santa en Roma fue el pistoletazo de salida del Año de la Misericordia. Este gesto ha sido reproducido por todas las diócesis del mundo, también en Hispanoamérica. Monseñor José Vicente Conejeromisionero español y obispo de Formosa (Argentina) cuenta cómo han tenido que abrir cinco puertas más para facilitar la llegada de peregrinos desde todos los lugares, ya que las distancias son enormes: la diócesis tiene 72.060 kilómetros, y hay pueblos a 600 km de la sede diocesana. Rafael Cob, obispo de Puyo (Ecuador)organizó una peregrinación hasta la catedral y abrió solemnemente la puerta. En el recorrido por las calles de la ciudad se representaron algunas escenificaciones sobre la misericordia.

Javier Moradillomisionero en Cuba, afirma que ante el desconocimiento eclesial general, se han distribuido impresos con la explicación de las obras de misericordia corporales y espirituales. Diego Fernández Erramusbea, movido por el deseo de dar de comer al hambriento, ha dedicado un terreno de la parroquia para hacer una piscifactoría en la Selva Amazónica de Perú.

Un aspecto clave de este Año es intensificar el sacramento de la penitencia. “Los sacerdotes están dispuestos a salir al encuentro de las ovejas, de todas sin excepción, yendo por los ríos, quebradas, caminos, acompañados del intenso calor, como de las lluvias torrenciales que nos puedan alcanzar”, explica monseñor José Luis Astigarraga, obispo del vicariato apostólico de Yurimaguas (Perú). Los horarios de confesiones se han ampliado, también en las cárceles. “Hoy mismo se están celebrando confesiones en el Centro Penitenciario Regional, pues había una lista de 300 presos que se inscribieron para confesarse”, explica Emilio González Escalada, desde la diócesis de Sao Mateo (Brasil). Este misionero tuvo un encuentro de Adoración en la cárcel, y pasó con el Santísimo por las celdas. “Todos querían tocar el Santísimo y pedían misericordia”.


Luis Miguel Modino, desde el amazonas brasileño, trabaja con 23 pueblos indígenas diferentes, que hablan 18 lenguas. “Siento la llamada a realizar una tarea que permita expresarnos juntos en una lengua que es común a todos, ese idioma se llama Misericordia”.