“«Aquí estoy, mándame» (Is 6,8). Es la respuesta siempre nueva a la pregunta del Señor: «¿A quién enviaré?» (ibíd.). Esta llamada viene del corazón de Dios, de su misericordia que interpela tanto a la Iglesia como a la humanidad en la actual crisis mundial”; son palabras de Francisco en el mensaje para la Jornada Mundial de las Misiones 2020 publicado el domingo de Pentecostés.

Cada palabra del texto del profeta Isaías tiene en sí misma una tremenda profundidad; es el resumen de toda vocación divina y respuesta humana. Además, estos aspectos de la vocación se evocan en el mensaje del Papa: Aquí hace referencia a “la actual crisis mundial”, al “hoy de la Iglesia y de la historia”; estoy es la conciencia de que “la vida constituye ya una invitación implícita a entrar en la dinámica de la entrega de sí mismo”; mándame, por último, es “la invitación a salir de nosotros mismos por amor de Dios y del prójimo”. Pues, como dice el Santo Padre, “Dios continúa buscando a quién enviar al mundo y a cada pueblo, para testimoniar su amorsu salvación del pecado y la muerte, su liberación del mal (cf. Mt 9,35-38; Lc 10,1-12)”.