lunes, 2 de marzo de 2015

RAZÓN DE SER DE LOS TRIPTICOS DE ENFERMOS MISIONEROS

     Con motivo de la celebración el pasado 11 de febrero, de la XXXIII Jornada Mundial del Enfermo, quiero recordar que desde hace 70 años Obras Misionales Pontificias España acoge la Unión de Enfermos Misioneros. Más de 40.000 enfermos, personas que padecen alguna enfermedad o invalidez crónica, ofrecen diariamente su dolor para la santificación de los misioneros, el aumento de las vocaciones misioneras y la extensión del evangelio a toda la tierra. «Ser enferma misionera consiste en ofrecer los dolores y enfermedades por la misión universal, y pedir por los misioneros. Da sentido al sufrimiento: ya que tienes que sufrir, pues lo ofreces», explica María Luisa Codina. «Vosotros regáis continuamente la Iglesia con vuestra vida, con vuestros sufrimientos, con vuestra paciencia», les dijo el Papa Francisco a los enfermos de la parroquia romana de San José en el Aurelio, cuando les visitó el 14 de diciembre del año pasado. «La Iglesia sin los enfermos no podría seguir adelante. Vosotros sois la fuerza en la Iglesia, vosotros sois la verdadera fuerza».
     Para acompañar a los enfermos misioneros, Obras Misionales Pontificias edita cada dos meses un tríptico para meditar la Palabra de Dios, escuchar la voz del Papa y contemplar el testimonio de los misioneros. Se imprimen 70.000 trípticos que cada delegación de misiones adapta a su propia realidad diocesana. «El Tríptico de Enfermos es sólo la punta del iceberg, la plasmación bimensual en papel de lo que es la Unión de Enfermos Misioneros, una realidad que busca ofrecer oraciones y sacrificios por los misioneros», afirma Justo Amado, coordinador de Enfermos Misioneros. «Está muy en la línea de lo que San Pablo recibía de las ‘primeras iglesias’ y que él agradecía en sus cartas».
     Alguno de estos enfermos misioneros están camino a los altares. Destaca la figura de Manuel Lozano Garrido, más conocido como el beato «Lolo». Joven de Acción Católica, periodista y escritor, estuvo en silla de ruedas durante 28 años, y ciego durante sus últimos 9 años. Este jienense de Linares, beatificado en 2010, colaboró activamente en las publicaciones de OMP, mostrando en sus artículos el espíritu del enfermo misionero. «Cada lecho de dolor de un sanatorio o de un hogar, cada sillón de ruedas tienen sobre la cabecera el espaldarazo de un crucifijo misionero», escribía el beato.
     Desde la Delegación de Misiones de Orihuela – Alicante os animamos a que solicitéis a la delegación el envío de estos trípticos de enfermos misioneros y fomentéis esta espiritualidad tan fecunda para la Iglesia Universal.
                                                                                                        Santiago Estradera Gómez,
                                                                                                                                  Delegado Diocesano de Misiones